En 1927 un matrimonio de Carmel (California),
Hugh Comstock y Mayotta Browne ,
dedicada ella a la fabricación de muñecas de trapo,
decidió ampliar su casa para exponer sus creaciones.
Hugh no era arquitecto, pero dibujaba muy bien
y le diseñó a Mayotta un pequeño y coqueto cobertizo
al que llamaron Gretel.
En aquella época las casas de Carmel eran
sencillas construcciones tipo caja,
sin ninguna pretensión estética,
pero todo esto cambió cuando a Hugh
le llovieron proyectos para convertir aquellas casas y tiendas
en pequeñas granjitas con falsas fachadas.
Deliberadamente no usaba lineas rectas
lo que contribuyó a crear ese aire de pueblo sacado de cuento.
En la actualidad el pueblo conserva esa estetica.
Los jardines muy cuidados y con bellas flores todo el año.
¿No es una historia simpatica?
Me gustaria caminar por esas calles
una tarde de primavera.